El 1 de Noviembre aglutina realmente dos fiestas, una, la del día 1, que es el Día de todos los Santos ,y la del día 2 de Noviembre, Día de todos los Difuntos.
La primera es en honor a todos los Santos que no tuvieron su propio día de fiesta en el calendario litúrgico, venerándoles y honrándoles así a todos en este día, y la segunda, la más entrañable, la del 2 de Noviembre, Día de todos los Difuntos en la cual honramos y nos acordamos con un sentimiento profundo de todos los seres queridos que en el transcurso de la vida nos acompañaron y ahora no están entre nosotros.
Abuelos, padres, hijos, familiares, amigos y conocidos quizás nos acordemos de ellos de vez en cuando, quizás a diario o quizás constantemente, pero en esta fecha determinada aprovechamos para expresarles y demostrarles amor y cariño hacia todos ellos. Les llevamos flores, centros o plantas a sus respectivas tumbas, nichos o panteones. Las limpiamos, arreglamos y rezamos sobre ellas un breve responso en su memoria. Muchos piensan que eso se podría hacer cualquier día del año y en cualquier momento, y es cierto, pero también es bonito que en un día determinado todos pensemos y nos acordemos de ellos. A los que tanto quisimos y ellos nos quisieron. Este es un homenaje colectivo y puntual en el cual todos nos unimos con un mismo sentimiento, honrar a los seres queridos que ya no nos acompañan pero están en nuestros corazones. Yo solo recomiendo ir y pasear por cualquier cementerio y veréis grandes y bonitas historias, hermosos árboles, enormes cipreses, preciosos rosales, diferentes plantas, arbustos y plantas de flor, lapidas artísticas, sencillas, clásicas, modernas, obras de arte de mamposteros y escultores, nombres de famosos fallecidos, políticos, artistas, toreros, deportistas, epitafios curiosos y singulares. Sobre todo si vamos con los ojos bien abiertos, allí no es solo dolor y tristeza lo que encontraremos, sino también tranquilidad, paz y recuerdos de cariño y amor de muchísima gente con sus seres queridos y ya desaparecidos.
Honrar y recordar a nuestros seres queridos que ya no están entre nosotros nos dará mas fuerza para seguir viviendo y amando a todas las personas que están alrededor nuestro y apreciaremos aun más la vida que late a nuestro alrededor. Da un paseo por cualquier cementerio y pon alguna flor a esa tumba que ya nadie visita, que esta vieja y abandonada, porque seguro que allí también yace una persona que es merecedora de una flor y un recuerdo, porque nosotros somos lo que ellos nos dieron y enseñaron, aunque no les conozcamos.
Regalar flores es regalar amor y cariño y si es en honor y homenaje a nuestros seres queridos ya desaparecidos aún más.
¡Que sigan descansando en paz!