15 abr 2013

Alergia o la Fiebre del Heno

¡Qué alegría!, está a punto de entrar la primavera, con sus flores, su temperatura suave, con el aumento de horas de luz y sol, con la satisfacción de oír el trino melodioso de los pájaros, y los días de placenteros paseos y agradables excursiones por el campo. ¡Pero ojo! También nos trae la primavera las tan temidas alergias, con sus estornudos, picores de ojos, toses y ahogos por la gran cantidad de polen acumulado estos días en el ambiente.

Cada día estamos expuestos a una gran cantidad de sustancias con las que convivimos normalmente sin problemas. No obstante, el número de personas alérgicas aumenta constantemente, aunque la mayoría de los casos no son graves, otros, sin embargo, y cada día son más, requieren la intervención urgente de un médico. Más de 10 millones de españoles sufren algún tipo de alergia. Especialmente en primavera, numerosas personas se ven afectadas por esta causa que aunque no parece muy grave, origina gran cantidad de bajas laborales y molestias en el día a día. Es más común desarrollarla en la infancia, en el caso de los niños, suelen sufrir en su mayoría alergias respiratorias y alimentarias. Cuando los dos padres son alérgicos, existe un 80 % de probabilidades de que el niño también lo sea. Por curioso que resulte, una higiene excesiva puede desembocar en algún tipo de alergia, ya que el sistema inmunológico de los niños, de esta manera se debilita. Pero la alergia puede aparecer a cualquier edad y durar toda la vida. Con frecuencia muchas familias comparten una misma alergia, pero es habitual que los casos nuevos aparezcan en personas sin antecedentes familiares.

Durante la primavera, el verano y el otoño el polen flota en el aire, aunque en la primavera la concentración de pólenes en el aire es superior. Mediante la respiración, el polen penetra en las fosas nasales, provocando que las personas alérgicas fabriquen unos productos químicos denominados histaminas. Éstas causan estornudos, secreción nasal, ojos enrojecidos y acuosos, picor o congestión. Esta enfermedad, también denominada como rinitis alérgica estacional, es debida al polen. Entre los síntomas más frecuentes se encuentran los estornudos, sobre todo por las mañanas; picor naso-ocular; goteo nasal (que puede desencadenar tos seca) y obstrucción nasal, que si es severa puede producir dolores de cabeza. Asimismo, también se pueden presentar cuadros de lagrimeo y molestia a la luz. La fiebre del heno, en sus inicios se consideró como una molestia o enfermedad muy extraña. Actualmente, es el trastorno inmunológico más frecuente en el ser humano ya que alrededor de un 20% de la población presenta test de piel positivos a los pólenes, cerca de un 10% tiene además síntomas clínicos, y alrededor de un 5% recibe tratamiento. La polución puede contribuir al incremento de esta enfermedad ya que produce una inflamación de la mucosa nasal y facilita la absorción de los antígenos polínicos. Esto podría explicar por qué en el medio urbano la frecuencia de polinosis es el doble que en el medio rural a pesar de que en éste la exposición polínica es mucho mayor.

Generalmente, basta con informar al médico de cabecera sobre los síntomas que se padece para que con un examen médico de la nariz, los oídos, la garganta y los pulmones le diagnostique la enfermedad. Asimismo, el tratamiento se basa en pastillas antihistamínicas, líquidos pulverizables para la nariz o gotas para los ojos. Sin embargo, si los síntomas no se pueden mantener bajo control con estas medidas, quizá sea necesario acudir a un especialista en alergias. Una vez que han aparecido los síntomas suelen persistir indefinidamente aunque la severidad de la enfermedad puede variar de un año a otro dependiendo de la cantidad de polen liberado y de la exposición del paciente a la estación polínica. A partir de los sesenta años, los pacientes pueden experimentar una lenta remisión de los síntomas. Sin embargo, no todas las plantas polinizan a través del aire y por lo tanto, no todas causan las alergias. Así las plantas que no polinizan gracias a los insectos, como las gramíneas, el olivo o los cipreses, son las causantes de estas afecciones. De hecho, los pólenes de las gramíneas (hierbas) son la causa más importante de la fiebre del heno en España y en casi todo el mundo. En segundo lugar se encuentra el polen del olivo en las zonas del sur, centro y este de la península.

Tal vez se pregunte si tiene fiebre del heno o sólo es un resfriado, pero hay ciertas diferencias que lo diferencian, siendo sin embargo lo más seguro consultar con su médico de cabecera. También le puede resultar difícil decir si tiene fiebre del heno o alguna otra alergia, como alergia a los ácaros, a los perros, pájaros o gatos. Los síntomas a menudo son similares. Si no está seguro, su médico puede hacerle algunos análisis pues cada patología requiere un tratamiento diferente, de ahí la necesidad de conocer su origen. Normalmente para combatir las alergias suelen estar todos los medicamentos compuestos a base de antihistamínicos, broncodilatadores y corticoides.

Las predicciones apuntan a que, en 15 años, la mitad de los europeos sufrirán alguna alergia, siendo estos un problema de salud con proporciones pandémicas. La cifra de afectados aumenta año tras año, debido, sobre todo, a la contaminación. Cada vez nos rodean más substancias toxicas para nuestro organismo. A esto hay que añadir el cambio climático, que adelanta las épocas de calor y disminuye las lluvias. Por este motivo, siempre consultar con un especialista.

Y para finalizar, como yo también soy alérgico, me permito dar unos pequeños consejos para aliviar en lo posible este mal temporal.

  • Extremar la higiene de manos y cara, limpiando frecuentemente con agua fresca nariz y ojos.
  • Evitar el contacto con las plantas productoras del polen al que se tiene alergia.
  • Viajar en coche con las ventanillas cerradas.
  • Evitar desplazamientos en moto o bicicleta.
  • Emplee filtros de polen en el aire acondicionado de viviendas y vehículos, si es posible.
  • En su domicilio utilice frecuentemente el aspirador y limpie el polvo con una bayeta húmeda.
  • Duerma con las ventanas cerradas.
  • Posponga en esta época el correr (para hacer deporte) por el parque o el campo, cambiándolo temporalmente por la natación en piscina cubierta o el gimnasio.
  • No se siente durante largo tiempo en terrazas o balcones.
  • No fume, o fume lo menos posible.
  • Si es necesario póngase una mascarilla cuando tenga que salir al campo, y póngase gafas de sol.


Y recuerde, que los fármacos antihistamínicos pueden producir somnolencia y disminución de atención, y a la más mínima duda sobre si es o no alergia, consulte a su médico y siga si puede mis consejos.

¡Animo, y a disfrutar de la primavera! 


Para conocer los periodos de polinización y los niveles esperados de las plantas más comunes entre en: "www.madrid.org/polen" o en mi blog, bajo: enlaces, y luego en: Información de la concentración de polen.

Hans Klobuznik

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