Muchas veces se ha escuchado o se nos ha dicho que las plantas carecen de sensibilidad, que no son capaces de sentir daño o reacción ante estímulos externos o del medio ambiente. En el ser humano los músculos son los encargados de manifestar su sensibilidad por una reacción mecánica y por estar conectados con el sistema nervioso que manda los impulsos eléctricos al cerebro.
En la planta sucede casi lo mismo, solo que están limitadas al movimiento por diferencias celulares debido a la rigidez de las membranas que contienen algunas plantas. Estas por ejemplo, tienen reacciones eléctricas en el momento del nacimiento de una hoja que como es lógico no manda la orden a un cerebro como el de los humanos, sino a una simple molécula que puede ser unicelular o pluricelular, generando una reacción o estímulo determinado en la planta como la apertura o el cierre de las hojas o incluso de sus flores.
Una característica fundamental de los seres vivos es la capacidad de responder a estímulos específicos, muchas de estas respuestas no son visibles, como sucede por ejemplo con la fotosíntesis que realizan las células de las plantas en respuesta a la luz solar. Otras con movimiento en las plantas son inducidas por estímulos externos y a los cuales responden determinados órganos del vegetal como la raíz, el tallo y las hojas, dichos movimientos tienen relación con el estímulo productor. El vegetal puede responder al estímulo acercándose o alejándose. Estos estímulos son producidos a través del "Fototropismo" (respuesta a la luz), "Geotropismo" (respuesta a la gravedad), "Quimiotropismo" (a alguna sustancia química) y "Tigmotropismo" (al contacto).
Por tanto se puede decir que:
- Todo órgano vegetal golpeado, tocado, quemado o lesionado, responde al estímulo por una variación de su potencial eléctrico y por la producción de una corriente de reacciones.
- Una sola excitación desencadena una corriente de breve duración pero varias excitaciones próximas sobrepuestas unas a otras, se suman y crean el efecto de una sacudida muscular.
- Cada órgano vegetal tiene una temperatura óptima en la cual las reacciones son más intensas, estas decrecen a medida que la temperatura se aproxima al máximo o mínimo soportable.
- Un órgano excitado durante un tiempo prolongado se fatiga, por lo que las reacciones eléctricas se atenúan y al final cesan. Tiene que pasar cierto tiempo de reposo para que el órgano pueda ser nuevamente excitado.
A continuación os enseñaré un ejemplo donde se puede ver el grado de sensibilidad de las plantas:
La planta del tabaco (Nicotiana Tabacum), al ser picada o mordida por orugas o cualquier insecto, crea una sobrecarga de nicotina en sus raíces que lanza a sus ramas y hojas a través de los vasos internos, produciendo un sabor tan fuerte que provoca que los insectos abandonen inmediatamente las plantas, defendiéndose así la planta del ataque.
¡Mola! Me ha servido para mi trabajo de Biología y Geología :D
ResponderEliminar