Tras la ceremonia y durante el convite fui a felicitar al novio y tras darle la enhorabuena le dije: -El mío no es un gran regalo, pero le aseguro que se lo hago de corazón. Es una cubertería de plata-.
A eso, con una sonrisa burlona me contestó el novio: -De plata, de plata…. yo diría que es de alpaca y es fea, pero fea de verdad, es fea como ella sola-.
Molesto por esa contestación le repliqué: -La verdad es que fue un regalo que me hicieron hace unos años, y viendo lo fea y malas que eran, pensé que sería una buena oportunidad para deshacerme de ella, y he pensado en ti, sabiendo de tu mal gusto, decidí inmediatamente convencido que era el regalo ideal para ti, regalártela. Que la disfrutes, adiós, y buenas tardes.
Hans Klobuznik
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