20 dic 2012

El Solsticio de Invierno

Nuevamente llegó como todos los años, a las 11.12h. del 21 de Diciembre del 2012, el Solsticio de Invierno. La palabra solsticio se deriva del latín "sole" (sol) y "sistere" (permanecer quieto) por lo tanto "sol inmóvil" ya que en esos momentos el sol cambia muy poco su declinación de un día a otro y parece permanecer en un lugar fijo en el horizonte. Para los países celtas como Irlanda, comienza el invierno el 1 de Noviembre, el día del "Samhain" y termina el 31 de Enero, comenzando la primavera en el "Imbolc" o la "Candelaria" el 1 de Febrero. Pero para la mayoría de los países el invierno comienza ahora, el 21 de Diciembre y termina el 20 de Marzo.



El solsticio por si mismo es un momento especial en el ciclo anual, existiendo ya este durante el periodo neolítico. Esto está comprobado por la física que se mantiene en los diseños del Neolítico y Edad del Bronce, como podemos ver en los sitios arqueológicos de Stonehenge en Gran Bretaña y en Nueva Grange en Irlanda. Los principales ejes de ambos monumentos se alinearon sobre una línea que apunta a la salida del sol en el solsticio de invierno en Nueva Grange y la puesta del sol en el solsticio de invierno en Stonehenge. Algo parecido sucede en nuestros días con el rosetón de la vidriera de la Catedral de la Seu en Mallorca. Allí, como un caleidoscopio gigante al atravesar los rayos de sol la vidriera, ésta se ilumina durante unos segundos, una sola vez al año, creando un espectáculo verdaderamente mágico.



El solsticio de invierno era en la antigüedad inmensamente importante, pues era la ultima fiesta del año antes de ser privados de muchas cosas durante el invierno, como se les llamaba entonces "los meses de la hambruna". En estas fechas se sacrificaban animales para guardar la carne, salándola para no tener que alimentar a los animales durante el largo invierno. Era el momento también, que el vino y la cerveza finalmente había fermentado y estaba listo para ser consumido. Al mismo tiempo todos estos pueblos celebraban el nacimiento del astro rey, el sol, mediante grandes festejos, con ceremonias colectivas centradas en cantos y danzas rituales y en la recogida de ciertas plantas que consideraban mágicas, como el muérdago o el acebo. Las grandes hogueras tenían la función de provocar el calor y la fuerza de los rayos de un sol recién nacido, que encaraba su curso hacia la primavera, inundando la tierra con su poder regenerador.

En el solsticio de invierno la duración del día es mínima comparada con cualquier otro día, por tanto es el día más corto del año y a su vez su noche es la más larga. Esto sucede porque se trata del momento en que la tierra está más inclinada con respecto al sol y por ello recibe menos luz. Como curiosidad apuntar que en el Polo Norte en estas fechas no sale el sol y en el Círculo Polar Ártico es el único día que el sol se mantiene por debajo del horizonte durante las 24 horas. En las culturas romana y celta se festejaba el solsticio de invierno con bailes y fogatas como el regreso del sol y el triunfo de este sobre las tinieblas ya que a partir de esa fecha los días empiezan a alargarse. Las culturas antiguas sabían que a partir del solsticio de invierno volvía poco a poco la luz y el calor y que la naturaleza revivía, despertando lentamente de su letargo invernal y los humanos veían renovadas sus esperanzas de supervivencia gracias a la fertilidad de sus tierras. Nosotros también despedimos al Otoño y damos la bienvenida al frío y duro Invierno, pero a sabiendas que los días alargan unos tres minutos cada día y por tanto ya estamos cada vez más cerca de la deseada y esperada Primavera.

¿Adiós Don Otoño, bienvenido Señor Invierno?

Hans Klobuznik

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