21 dic 2012

Las Setas, embajadoras del Reino de los Hongos


¿Qué son setas, para qué sirven, que sabemos de ellas? Ahora haremos una pequeña incursión en este mundo tan desconocido pero a su vez misterioso y fascinante. Empezaremos viendo que desde tiempos remotos, pero sobre todo en la Edad Media, las setas alimentaban la imaginación de los hombres con historias y leyendas de lo más imaginativas y descabelladas.
De las setas se contaba que por salir de una manera tan rápida, creando esos círculos en los cuales brotan y crecen las setas, eran llamados, "anillos de brujas" y que los duendes y espíritus solían bailar sobre ellas, al encontrarse estos alrededor de los arboles en los bosques, en praderas y campos. En Francia los agricultores no se atrevían a pisar dentro de estos círculos, por las maldiciones que les podía traer, y en Alemania por ejemplo, unos se alejaban al descubrirlos y otros sin embargo decían que pisar dentro del círculo les protegería del mal, dándoles además buena suerte. Los más osados se atrevían a buscar en el centro del anillo y bajo tierra el supuesto tesoro que allí habían enterrado las hadas, elfos, enanos y demás espíritus del bosque. Pero hoy sabemos el porqué de estas formas tan curiosas y espectaculares.

Nos adelantamos a ver el porqué, aunque más adelante lo explicaremos más detalladamente. En primer lugar vemos que las setas son la parte aérea del hongo, y que estas son las portadoras de las esporas (semillas de los hongos) que salen de la tierra para así poder reproducirse. Por lo que a los hongos los llamaremos, "las autenticas plantas" (aunque no lo sean) viven bajo tierra en forma de una tupida tela de araña, con sus hilos blancos y finísimos a los que los científicos llaman ninfas, creando luego estos el micelio (hongo).

Para comprender cómo se forman estos anillos de setas en los campos, diremos que estos micelios (los auténticos hongos subterráneos) se van extendiendo hacia ambos lados, creando así con el tiempo un círculo casi perfecto. Al nacer (salir) las setas (parte visible y aérea de los hongos) y soltar las esporas, su cometido en la reproducción ha terminado, por lo que pronto se empiezan a pudrir cayendo definitivamente a la tierra y mezclándose con cierta cantidad de hojas de los arboles, creando una rica mezcla de compost natural. Este ciclo va creando una base de alimento extraordinario, que vuelve a dar un excelente abono a los propios hongos (micelios) subterráneos, así al año siguiente gracias a este autoabonado se ha creado primero un círculo más jugoso con un verde oscuro mayor que el que tiene el terreno de alrededor, y saliendo por tanto en su época de germinación natural, ya sea otoño o primavera nuevamente un nuevo circulo ahora con mas fuertes y sanas setas. Hoy en día gracias a nuestros botánicos e investigadores esto nos parece normal, pero en aquel entonces esto era visto como pura brujería. En aquella época las leyendas contaban que las sombrillas de las setas eran viviendas de elfos y que las ninfas bebían y se lavaban con el rocío que acumulaban algunas variedades cóncavas de diferentes setas. Además, tenemos que comprender que brujos, médicos o curanderos, utilizaban las setas como pócimas venenosas o como medicinas curativas.



No solo son utilizadas como alimento o como medicamento, sino también como material para producir fuego, ya que la famosa "yesca" es nada mas y nada menos que una seta endurecida con el tiempo y llamada Polyporus o Ungulina fomentaría, otras también se utilizaban como objetos afiladores de cuchillas de afeitar, otras para hacer pinturas, como colorantes, como corchos o tapones para botellas y hasta para hacer una especie de "rape" (polvos para estornudar o tabaco para aspirar) o como base para hacer grabados como cuadros, relieves o figuras artísticas. También recordaremos que los hongos son las levaduras con las cuales hacemos que suba, crezca y se esponje nuestro pan, así como para fermentar el mosto en la fabricación del vino o en la cerveza y para fabricar riquísimos quesos como los quesos azules.
Entre las muchas curiosidades vemos como en ciertas islas de los Mares del Sur existe una serie de setas que lucen y brillan por la noche dando una claridad suficiente incluso como para poder leer en algunos casos. La Clitocyb illunens, calienta sus laminillas creando una luz verdosa y todo esto se cree que es para atraer a cierto tipo de insectos.

Al igual que las flores, las setas tienen su perfume propio, unas huelen a nuez, otras a anís, a flores o a frutas. Otras si embargo apestan y huelen a pura carroña. Pero no hay que fiarse, el buen olor no es sinónimo de seta comestible. Se calcula en 38 000 los diferentes tipos de setas en el mundo. Desde el que tiene la cabeza del tamaño de un alfiler, al que tiene un diámetro de un metro, y muchos kilos de peso. Las formas son de lo más variadas, desde formas de nidos de pájaro a las de sillas de montar a caballo o a ostras, trompetas, barbas de chivo... También sus coloridos son tremendamente variados, yendo desde colores pastel, mate, negros o totalmente vivos y brillantes. Hoy tenemos constancia de que ya los cocinaban y comían los celtas, griegos y romanos, pues conocían perfectamente sus propiedades culinarias, medicinales, toxicas, alucinógenas y hasta letales.

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