11 dic 2011

El Abeto de Navidad

Hoy en día hemos adaptado a nuestras costumbres cosas tan dispares como la gorra beisbolera, los pantalones vaqueros, las pizzas, o como ahora vamos a ver, el Árbol de Navidad. Algunos, los más retrógrados, dicen que si son costumbres traídas de fuera, que no pertenecen a nuestras raíces, etc. etc. pero seamos serios, tampoco conocíamos la patata, el tomate ni el tabaco y a ver quién dice hoy que quiere prescindir de ello por haber venido de fuera. Por lo que vamos a conocer algo sobre esta costumbre y este árbol.

El árbol de Navidad, siendo este siempre un abeto (Abies excelsa o Abies pinsapo), simboliza la vida, por no perder su follaje durante el invierno, cuando el resto de la naturaleza descansa y parece estar muerta. Esta variedad de abeto con su forma cónica se veía como la unión del cielo y la tierra estando sus raíces bien sujetas en la tierra y teniendo el tallo central como la punta de una flecha indicando al cielo.

El árbol de Navidad se suele colocar como fecha indicativa, el 8 de Diciembre, día de la Inmaculada Concepción, el día del santo de las Conchas y Conchitas, de las Inmas e Inmaculadas aprovechando para poner a la entrada, en el quicio de la puerta, una rama de muérdago para asegurar la buenaventura, la salud y la buena suerte en toda la casa.

Esta tradición se podría también explicar remontándonos al Génesis, donde se dice que Dios puso un árbol en el centro del huerto del Edén con Adán y Eva, pero al comer Eva la manzana prohibida de dicho árbol, fueron ambos expulsados del Paraíso. Para recordar tal acción se coloca el árbol de Navidad, colgándole bolas o manzanas rojas, como aviso y signo del fruto prohibido.

Se dice que al ser el roble el árbol sagrado de los celtas, estos le llamaban "Duir", de donde viene la palabra "druida", palabra con la que denominaban a sus sacerdotes. Estos cogían, al perder el roble sus hojas en otoño un abeto ya que este no perdía sus acículas en invierno, aguantando además los gélidos días de invierno, adornándolo para así atraer al espíritu de la naturaleza y colgándole también manzanas, ya que en la cultura Celta hace miles de años y muy anterior al cristianismo, el manzano representaba el amor. Así los cristianos le dieron un sentido cristiano a todas estas costumbres y ritos paganos, desde el solsticio de invierno de los celtas, pidiendo al Dios Sol la vuelta de la luz, a la fiesta de las hojas de palma con 12 brotes al final de año de los egipcios, celebrando el final de año y el triunfo sobre la muerte. Igualmente celebran los judíos la Fiesta de las luces en invierno, encendiendo 8 días seguidos, 8 velas.

Así el árbol y las velas o las luces se utilizan para evocar a Jesús, Árbol de Vida y Luz del Mundo. La estrella que se coloca en la punta superior del árbol, recuerda la estrella de Belén, guía de la Fe del cristiano. Las bolas, a las manzanas simbolizando el amor y los dones de Dios a los hombres. Las luces recuerdan a las velas como la claridad, el futuro y la luz de Cristo. Y ¿qué significan los colores en su decoración? El azul, la reconciliación; la plata el agradecimiento; el oro la alabanza y el rojo la petición.

Para terminar, otra leyenda alemana cuenta, que en la edad media dejaban pasar a los animales el día 24 al interior de la casa en homenaje a los animales que estaban presentes en el portal de Belén el día del nacimiento del Niño Jesús, a excepción de las arañas. Por esto, las arañas fueron a quejarse a un ángel de la discriminación que sufrían pidiendo que las tratasen como a los demás animales y atendiendo a su petición, al final también las dejaron entrar. Tan contentas estaban que anduvieron toda la noche por el árbol subiendo y bajando, por lo que el árbol se cubrió de una espesa tela de araña. Al día siguiente cuando bajó el ángel y lo vio, antes de que los niños entrasen en el cuarto, tocó con sus alas las telas de araña, convirtiéndose estas en hilos de plata y oro. Así hoy todavía vemos cantidad de árboles que se decoran con este tipo de hilillos de espumillón en plata y oro.

Hoy en día es impensable imaginar una casa sin un bonito belén o sin un árbol de navidad. Unos ponen una rama de pino, otros un “Abies Pinsapo” en maceta con su buen cepellón, otros un excelsa a raíz limpia pero también los hay que lo compran de plástico con bombillas de colores y otros con velas de cera blanca, pero todos tienen o mejor dicho tenemos en casa un árbol de navidad acompañándonos durante todas las Fiestas. Bienvenidas sean estas tradiciones o costumbres, sean de quien sean y vengan de donde vengan, si nos traen alegría , salud, vida y naturaleza a nuestras casas, terrazas y jardines.

¡Bienvenido a nuestras casas arbol de navidad!

Consejos para mantener correctamente un abeto de Navidad en casa:

  • Al colocar el árbol pon un plato o bandeja bajo el tiesto, y riega de vez en cuando el árbol.
  • Pulveriza con agua regularmente su parte aérea.
  • Ventila durante un rato todos los días la habitación donde se encuentre el abeto.
  • Coloca un humidificador sobre los radiadores de la calefacción y no subas mucho la temperatura del termostato.
  • Mete el árbol lo más tarde posible en casa y sácalo lo antes posible después de las fiestas.
  • Procura comprar árboles con cepellón y no esperes demasiado de los que te venden a raíz limpia o sin cepellón.
  • Los más fiables son los cultivados en tiestos.
  • Y si algún árbol se nos muere no os preocupéis demasiado, pues son ejemplares cultivados especialmente para estas fechas y no se atenta para nada contra la naturaleza.


Disfruta de las fiestas, disfruta de tu árbol, y... ¡¡¡Felices Fiestas!!!

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